Formamos parte de una sociedad obsesionada con la mensajería instantánea, con nuestra presencia en las redes sociales, a veces dependientes, incluso, del smartphone… sin darnos cuenta de que nuestros hijos aprenden por imitación.
Hablamos, en ocasiones, de tiempo perdido, de falta de comunicación con nuestra familia y amigos, dejando de experimentar emociones que nos ofrece el contacto personal…